Expresa lo que te duele para sanarte
Socialmente hemos sido programados para no expresar: “ no me haga berrinche ”, “ los niños no lloran ”, “ una niña educada no se enoja ”, “ el miedo es para las gallinas ”, “ contestar es irrespetar a los adultos ”, etc. Estas programaciones en los primeros años de vida nos marcar y acompañan el resto de la misma, nos acostumbramos a limitar la expresión a tal nivel que aun siendo adultos no expresamos por temor a la censura, a no ser queridos/as, a no pertenecer o a ser marcados/as como incómodos/as. Cuando una emoción se guarda, se perpetúa mucho tiempo más, y esto llega a afectar a nivel psicológico y también físico. El arrastre del enojo, de la tristeza, incluso de una felicidad que esté siendo reprimida se convierte en sufrimiento, y el sufrimiento constante se convierte en ansiedad, depresión, adicción, en envejecimiento, etc. Ante esto, el cuerpo buscará la forma de densificar aquello que de otra forma no pudo sacar, y aparecen los síntomas y la...