¡Terribles Coincidencias!


 ¿Sabías que un SECRETO FAMILIAR puede estar impactando de manera “negativa” tu vida? ¿Me creerías si te cuento que un duelo negado de tu tatarabuela puede estar haciendo que hoy no te puedas vincular afectivamente a una pareja?

Hoy te quiero hablar sobre lo que comúnmente llamamos El Transgeneracional. Desde la visión sistémica, este concepto se entiende como el estudio de los procesos en los que una generación puede influir en las generaciones siguientes, de qué forma la manera en que ciertos individuos representan e interpretan su mundo, influencia en la vivencia de ese mundo para las generaciones venideras.

Todxs somos parte de un conjunto de normas que nos han venido moldeando desde incluso antes de nacer, y que nos permite sentirnos parte (o no) de una familia. La necesidad de “pertenecer” no es una elección, es un instinto biológico que nos mantiene en la vida, por lo que ser leales al clan se vuelve lo “natural” para todos los seres, el tema aquí es que muchas de esas lealtades ni siquiera corresponden a nuestra realidad, son herencias obsoletas, que pueden estar afectando la vida misma.

Hay lealtades que trascienden la individualidad, y se constituyen parte del inconsciente familiar. Cuando se ha excluido algún miembro de la familia por miedo, vergüenza o dolor, en la siguiente(s) generación podría aparecer otro miembro que tenga la necesidad de hacer visible esa exclusión, y por tanto repite la historia de la persona excluida. Un ejemplo muy a la mano de esto vendría a ser lo que observamos en las películas de Disney “Coco”, “Valiente” o “Encanto, donde, aun ocultándose la historia real de la familia, en la tercera o cuarta generación nace un buscador que hace visible el secreto.

Cuando los miembros del grupo viven algo de manera muy intensa y no lo pueden expresar, la reacción del cerebro es enviarlo al inconsciente. Y siempre va haber algún miembro del grupo que lo hace evidente. Te doy un ejemplo: cuando un niño escucha algo en su hogar que no le cuentan por completo, su instinto de supervivencia se activa, porque necesita pertenecer, pero sus padres maquillan o distorsionan la realidad. Es probable que ese niño se haga ciertas preguntas como ¿será culpa mía? ¿hice algo que no me di cuenta? ¿hicieron mis padres algo de lo que se avergüenzan y no se atreven a contármelo? Como no hay respuesta de todo esto, terminará descartándolo, quizá pensando “seguro son sólo imaginaciones mías”, pero el subconsciente no descarta nada, y necesita hacer un cierre. Si no lo resuelve, pues lo hereda.

Otro ejemplo podría ser: una mujer víctima de incesto cuando era pequeña. De adulta, su hija intuye que mamá algo esconde, porque no hay claridad de su progenitor o no se relaciona con cierta parte de la familia. Cuando esta niña sea madre, puede desarrollar una actitud ansiosa con respecto a la sexualidad sin saber por qué y podría llegar a ser exageradamente protectora con su propia hija.

Lo que una generación deja sin resolver, será la siguiente la que, inocente e inconscientemente, trate de resolverlo; y así queda atrapada en temas o asuntos que no son en realidad su responsabilidad, ya que existe una transmisión transgeneracional de los problemas familiares que -incluso- pueden crear cadenas de destinos difíciles o trágicos.

El caso del conocido actor Bruce Lee es un ejemplo ilustrativo: Lee muere a los 33 años, por lo que se cree fue un aneurisma, se encontraba en la cima de su carrera profesional mientras grababa la película “El juego de la muerte”. En dicha película, su personaje debía recibir un disparo lanzado desde un revólver que se suponía no estaba cargado. Curiosamente, 20 años después, su hijo Brandon Lee, a los 28 años, murió mientras filmaba la película “The Crow”, debido a que alguien del set olvidó sacar la bala del revólver con el que debía recibir un tiro en una escena. No debía estar cargado.

El transgeneracional propone que el ADN no sólo almacena herencias físicas, sino, toda la historia familiar, sus duelos, miedos, herramientas de supervivencia, es por esto que el ser al nacer recibe un legado, y buscará resistir, repetir o reparar dicho legado. Algunas veces, incluso, la persona asume la misma suerte del antepasado. En la familia Kennedy, por ejemplo, Joseph, el hijo mayor del matrimonio de Joseph y Rose, murió en un accidente aéreo en 1944, cuando tenía 29 años. Su sobrino John Kennedy Jr., hijo del presidente John F. Kennedy, pereció en otro accidente similar en julio de 1999, a los 38 años. Cuanto más conflicto haya habido en el pasado y el presente de una familia, más severas suelen ser las dificultades sociales y personales de sus miembros, en ocasiones, hay una sincronía de estos eventos, lo que se conoce como síndrome aniversario, pues las tragedias se repiten en determinadas fechas.

Es por esto que los asuntos no resueltos de los sistemas familiares en generaciones pueden afectar la vida de las familias manifestándose en alguno o varios miembros del sistema, enfermedades inexplicables, depresiones, suicidios, relaciones conflictivas, trastornos físicos y psíquicos, dificultad para encontrar pareja, para prosperar, comportamientos conflictivos, etcétera.

Cuando un miembro de la familia sacrifica sus intereses y posibilidades personales por otro o por el bien de la familia, se siente con derecho a ser retribuido por ese sacrificio y esperará que se le reconozca. Si esa deuda no es pagada por la generación que ha sido favorecida por éste sacrificio, a menudo se requiere que la siguiente generación liquide la deuda de algún modo o si no la siguiente.

Si alguien da mucho y no recibe tanto, se genera una deuda.
Si alguien gana dinero o afecto a costa de otros, les debe.
Si alguien pierde algo, amor, dinero, posición o estatus, para que otros ganen, le deben.

El sistema familiar tenderá a restaurar la justicia dentro del mismo.

Otra forma de heredar lealtades del transgeneracional es por medio de la asignación de nuestro nombre. Los nombres que recibimos son como mandatos que limitan nuestra libertad e influyen en nuestra vida. Nos ponen un nombre “en honor a” “en recuerdo de” “por admiración de”, y esto es una espacie de imposición de propósito para nuestra vida.

Un nombre repetido es como un contrato al que le hacemos una fotocopia, cuando en el árbol genealógico hay muchas fotocopias, el nombre pierde fuerza y queda devaluado. Además, nuestro nombre tiene un impacto muy fuerte sobre la mente, que nos otorga identidad simbólica y personalidad. Al respecto les recomiendo un cuento de Roberto Fontanarrosa “Destino de Mujer”.

Todos venimos de una familia que tiene su propia historia. Conocer esa historia es importante para conocerte a ti mismo, y comprender algunas actitudes dentro del sistema. Al conocer los hechos del pasado, reconocemos historias que se repiten, valores dignos de respeto, y acciones que no nos gustaría integrar.

Toda nuestra historia es importante, para saber de qué si debemos/podemos hacernos responsables, porque de todo aquello que no lo hagamos, se tendrán que encargar otros, nuestros descendientes, nuestros hijos, sobrinos, nietos, ya que nada escapa al orden del sistema.

Sigmund Freud propuso que cada vez que la persona vuelve consciente lo inconsciente, el hecho conflictivo va perdiendo fuerza, y es en este principio en el que Bert Hellinger se basa para crear las Constelaciones Familiares, como un acompañamiento terapéutico donde las personas puedan configurar los dolores, traumas y experiencias vividas, tanto en primera persona, como por sus antepasados, para así ir liberando lealtades invisibles.

Así que, el mismo amor que enfermó, cuando se vuelve consciente, es el que posee la fuerza y sabiduría de la solución; las lealtades invisibles, se le da lugar a las personas excluidas, las olvidadas, las difamadas, las no honradas, las tratadas con injusticia, las que se fueron para ceder su espacio a otras y las que sufrieron vidas particularmente difíciles.

 

¿Estás listo/a para el siguiente paso?

 

Melania Orozco Calvo

BioConstelaCR

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