Soy Mamá de mi Mamá


La vida tiene un ciclo natural hacia adelante, nuestros antecesores han abierto camino para que hoy podamos tomar la vida que nos rodea, con las condiciones que esta traiga y con el privilegio de poder expandir nuestra consciencia y decidir desde ahí algo distinto.

En el camino vamos encontrando algunos desordenes que hacen que no nos dirijamos hacia adelante, sino que estemos mirando hacia atrás intentando salvar, proteger, o educar a mamá, esto hace que la energía dispuesta para nuestra vida la “devolvamos”, intentando llenar un vacío que es imposible de llenar, pues el papel de la mamá de tu mamá, le corresponde únicamente a tu abuela, sin importar las condiciones en que esta relación se haya dado.

Puede ser que en tu infancia viviste con una mamá con conductas sumisas, que quizá no se proyectaba, no decidía, que le costaba expresar, que era maltratada por papá o por más personas. Esto puede generar en vos la necesidad de proteger o suplir a mamá de la fuerza que crees que le hizo falta, y esto lo puedes hacer desde la sensación de proveer estas características, o bien desde la resistencia o enojo porque mamá no las generó. Revisa un poco, cada vez que tienes un conflicto o un roce con ella ¿qué es realmente lo que te molesta?

Un caso muy común que me llega a consulta, es haber vivido la ausencia de papá en el núcleo familiar, o la soledad de mamá cuando no reestablece un vínculo amoroso de pareja. Crecemos con la responsabilidad implícita de ser compañeros o compañeras emocionales de nuestra madre, siendo quienes la escuchan, atienden en sus crisis, le solucionan y acompañan siempre que necesite. Esta posición hace que el lugar de pareja, para ambas partes, esté ocupado, lo cual provoca dos cosas: o que no llegue y se quede una pareja, o que no tengas energía para aportar en tu relación.

Otra posibilidad puede ser que de adulto has recolectado muchas herramientas cognitivas, emocionales o desarrollo personal/espiritual, que te han abierto el panorama sobre patrones que repites o valores que quieres incorporar en tu cotidianidad. Entonces entras en una posición de maestro o maestra que quiere enseñar a su madre todo aquello que crees que le hace falta. Ojo aquí, si esta información llegó a ti, es porque la necesitabas, cada quien tiene su propio camino.

En estos tres ejemplos que te muestro existe desorden, pues mamá está para dar y nosotros para recibir. Mantener este tipo de relación te va a afectar directamente en tus relaciones interpersonales, espacialmente en la relación de pareja. Te verás atraído por personas sumisas a quienes debas suplir de afecto, por personas a quienes instruir o solventar, aunque por supuesto, detrás siempre existirá la exigencia de tu niño/a interno de que esta persona te de todo el amor y la atención que no recibiste. Es un ciclo interminable de insatisfacción.

Entonces ¿no puedo cuidar, escuchar, acompañar o ayudar a mamá? Por supuesto que si, siempre desde tu rol de hijo/a; sin buscar educar, ni llenar un vacío, ni decidir por ella, ni intentar cambiarla. Mamá es y siempre será la grande, y desde ahí, y por el sólo hecho de darnos la vida, le entregamos honra, esto implica respetar su lugar.

Te regalo cuatro mantras para trabajar el orden en esta relación:

  • Mamá vos sos la grande, y yo la pequeña.
  • Respeto tu destino y decisiones, yo tomo el mío.
  • Estoy para recibir y tomar, vos para dar, acompaño desde mi rol de hija.
  • Me hubiese encantado que tu corazón estuviese lleno, no soy yo quien puede llenarlo. Esa carga es muy pesada para mi.

Si te viste reflejado en alguno de los casos citados podemos profundizar en una sesión de Constelaciones Familiares Individual, te aseguró que sentirás el impacto y los cambios en tu bienestar.


Melania Orozco Calvo

BioConstelaCR

bioconstelacr@gmail.com

Contacto: +506 8728-5653

Comentarios

Entradas populares de este blog

Lealtades Invisibles

Soltá la necesidad de controlar

La Herida Transgeneracional